¿Estás pensando en dejar el mundo académico, pero tienes miedo de no poder volver si cambias de opinión? Créeme, entiendo tu preocupación.

No tengo tatuajes, hago copias de seguridad regularmente, y agradezco tener un botón de «deshacer» sobre estas líneas mientras escribo. En otras palabras: siempre trato de evitar cambios irreversibles. De modo que, cuando empecé a plantearme dejar la investigación para hacerme científico de datos, ese mismo miedo me paralizaba. Pero, ¿dejar el mundo académico es realmente un cambio de carrera irreversible?

La respuesta corta

Por supuesto, una respuesta definitiva a esta pregunta tan genérica requeriría recopilar datos y analizarlos a fondo. Pero me pillas en modo relajado de domingo por la tarde (¡además de que ya no soy académico!). Así que simplemente consideraré las posibilidades de volver al mundo académico para alguien en una situación similar a la mía: un ex-astrofísico que ha trabajado en la industria durante más de 3 años. Aclaremos que solo hablaré de si sería posible volver al mundo académico, no de si querría hacerlo (esa es una pregunta que considero interesante para otro post).

One does not simply walk into academia

Las ofertas de trabajo en investigación, así como las solicitudes de becas, a menudo requieren explícitamente la «capacidad de obtener fondos» y un «listado de publicaciones académicas». Por tanto, mi ranking actual está por debajo del de muchos otros investigadores que han estado publicando artículos y solicitando becas mientras yo me ocupaba de resolver problemas del «mundo real» en la industria (tema del que por cierto hablo en este otro post). Por supuesto, podría enviar cientos de solicitudes de trabajo en todo el mundo y probablemente obtener al menos una respuesta positiva. Pero la probabilidad de obtener una oferta que se adapte a mis expectativas personales y profesionales es bastante baja.

Así que, conforme pasa el tiempo fuera del mundo académico, veo ese hermoso «Prof.» delante de mi nombre alejarse más y más… A menos que consiguiera seguir publicando artículos en mi tiempo libre, ¿verdad?

¿Es posible escribir artículos en el tiempo libre?

Si bien es posible publicar artículos sobre el trabajo realizado para una empresa, es un lujo poco habitual (no estoy considerando la investigación privada en este post). Así que cualquier publicación tiene que salir de tu tiempo libre.

Si lees esto, probablemente sepas lo que implica publicar un artículo. Entre otras cosas, enviar artículos a una revista no consiste simplemente en darle al botón de «subir pdf». Tienes que lidiar con las respuestas de los referees (que pueden ir desde muy oportunas a totalmente arbitrarias) y los editores. Además, si no estás afiliado a una institución de investigación, tu acceso a esas revistas será limitado o caro. A todo esto hay que añadir mantenerse al día con publicaciones similares, y no olvidemos el tiempo dedicado a la investigación en sí, ¡y a escribir el artículo en cuestión! Todo ello teniendo en cuenta que las publicaciones son básicamente irrelevantes en la industria.

En fin, publicar artículos es una gran inversión de tiempo con muy poco retorno. ¿Por qué no mejor librarte de la carga de publicar artículos? ¡Al fin y al cabo es una de las ventajas de dejar la investigación!

En mi caso, cuando dejé el mundo académico, tenía varios artículos sin terminar como primer autor, y varias ideas para futuros artículos. ¿Cuántos de esos artículos publiqué? Ninguno. Tengo un puñado de borradores, código caótico y datos que probablemente nunca se publicarán. Sin embargo, sí que me alegro de haber podido participar como coautor en unas cuantas publicaciones mientras trabajaba en la industria. Pero supongo que, conforme me voy desconectando de la investigación más y más, mis oportunidades de colaborar en otros artículos irán disminuyendo.

Entonces, dado que no he publicado suficientes artículos en los últimos años, mi valor profesional académico ha disminuido… Lo que me convierte en peor investigador, ¿no?

El diodo de talento

Paradójicamente, creo que mi valor como investigador ha aumentado en la industria. Ahora sería más eficiente que antes. Por supuesto, me siento un poco desconectado de los últimos descubrimientos y necesitaría algo de tiempo para ponerme al día. Pero ese tiempo añadido sería fácilmente compensado con las nuevas habilidades que he adquirido en la industria.

Los académicos que se pasan a la industria aportan gran valor. ¿Por qué ese talento no puede fluir en la dirección opuesta?

Del mismo modo, he tenido muchos colegas no académicos que serían excelentes investigadores. Los que trabajan en la industria (en particular los científicos de datos) a menudo requieren tanto pensamiento analítico como los investigadores. Pero suelen tener una mayor necesidad de extraer valor incremental de proyectos en curso, comunicar resultados a personas con diferentes bagajes profesionales, priorizar problemas a resolver, escribir código eficiente y robusto… Todos estos serían recursos de gran valor en el mundo académico.

Y cuando pienso en algunos de mis colegas astrofísicos más prolíficos, todos ellos solían disponer de excelentes habilidades técnicas como la programación y el análisis de datos. Si se pasaran a la industria, no solo tendrían una carrera muy fructífera, sino que también podrían desarrollar esas habilidades de manera más efectiva. Sin embargo, después de unos años trabajando en la industria, no podrían traer esas nuevas habilidades de vuelta al mundo académico.

One-way sign.

Sin duda, los académicos que se pasan a la industria aportan gran valor. ¿Por qué ese talento no puede fluir en la dirección opuesta? El proceso de contratación en investigación genera un carril de sentido único (o un diodo, si a ti también te gusta la electrónica), que permite que el talento fluya del mundo académico a la industria, pero no al revés.

Conclusiones

Podemos concluir que volver al mundo académico tras algunos años de trabajo en la industria es improbable. La razón principal es que, si no puedes seguir publicando artículos, tu valor como académico disminuye. Y publicar artículos en tu tiempo libre no es una opción realista. Dicho esto, he conocido a alguna que otra persona que volvió a la investigación después de algunos años de trabajo en la industria. Pero son sin duda la excepción. En resumen, volver al mundo académico es muy poco común (¡y no hablemos de comenzar a trabajar en el mundo académico para quienes tienen una carrera puramente industrial!).

La forma de contratar en el mundo académico crea un «diodo de talento», que permite a los académicos desarrollarse en la industria, pero impide que el talento pueda fluir de vuelta al mundo académico. En mi opinión esto no solo limita las opciones profesionales de perfiles no académicos, sino que, en última instancia, ralentiza el progreso científico.

De modo que, si estás pensando en cambiar de carrera y pasarte a la industria, no tengas miedo, hay muy buenas razones para hacerlo. Pero igual que si te planteas hacerte un tatuaje, piénsatelo bien: ¡no hay botón de «deshacer»!