Hoy es mi cumple. Tal día como hoy, hace 36 añazos, el planeta Tierra acogía a una personita más. ¿Cómo era el mundo entonces? ¿Qué cosas han mejorado desde ese día? ¿Y qué cosas han empeorado? Vamos a subirnos al Delorean y viajar atrás en el tiempo.
Cuando se acerca el fin de año la gente suele echar una mirada atrás, recordar todo lo que ha pasado durante los últimos 12 meses, y hacer planes para los próximos 12. Pero de vez en cuando también está bien echar una mirada atrás a toda tu vida pasada, y replantearse los años venideros.
En este episodio de AltruFísica voy a hacer justo eso. Pero, para no aburrirte, en vez de hablar de mi vida, hablaré del mundo, de cómo era hace 36 años y de cómo ha cambiado desde entonces.
Y al final del episodio plantearé una de las preguntas más importantes que podemos hacernos: La pregunta que me llevó a crear este canal.
Así que transportémonos a esa noche de viernes en que llegué al mundo, el 28 de noviembre de 1986.
¿Cómo era el mundo en 1986?
Mi madre dio a luz en un hospital de Sevilla. En el paritorio, cuando me pusieron por primera vez en los brazos mi madre, la muchacha de la camilla de al lado me vio y dijo “¡El hijo p**a, que se está riendo!”. Y efectivamente, según cuenta mi madre, yo estaba sonriendo. No llegué con un pan bajo el brazo, pero sí con un poco de optimismo.
Por aquel entonces en el mundo había algo menos de 5 mil millones de personas, lo cual a día de hoy nos parece bastante poco. Sin embargo, en términos de crecimiento anual, esa época se encuentra en el máximo histórico, ya que a finales de los 80 el mundo contaba cada año 90 millones de personas más que el anterior. Un record que no volveremos a batir posiblemente en cientos de años. Así que fue un año históricamente muy especial, aunque al mismo tiempo fue un año poco original para nacer.
Hace 36 años nadie tenía internet en casa, teléfono móvil o cuenta en redes sociales, y un ordenador de última tecnología tenía esta pinta:
1986 fue el año en que se descubrió el primer superconductor de alta temperatura. Pero también fue el año del peor accidente nuclear de la historia, en Chernóbil, y también fue el año del accidente del transbordador espacial Challenger.
Otro evento histórico mucho menos mediático fue una erupción límnica, un desastre natural extremadamente extraño, que ocurrió en el Lago Nyos, en Camerún. Ese lago, situado en un cráter volcánico, había acumulado una gran cantidad de dióxido de carbono (CO2) disuelto en el agua. Y, de repente, el 21 de agosto 1986, cientos de miles de toneladas de CO2 acumulado erupcionaron desde las profundidades del lago, formando una nube que se extendió por los alrededores a gran velocidad, asfixiando a unas 1800 personas y otros tantos miles de animales.
Por supuesto me estoy dejando en el tintero muchos otros eventos importantes, y un montón de música ochentera. Si se te ocurre alguno en particular, puedes dejar un comentario. Pero ahora vamos a montarnos de nuevo en el Delorean y viajar de vuelta al presente.
¿Qué cosas han mejorado?
Como mencioné en el último episodio de AltruFísica, hay muchos motivos para alegrarse por la humanidad, ya que, a grandes rasgos, podemos citar innumerables ejemplos de progreso. Por mencionar algunos, el porcentaje de muertes infantiles en el mundo es hoy casi 3 veces menor que entonces. La esperanza de vida ha aumentado desde entonces en casi diez años. Y en general el mundo tiene hoy más educación, más riqueza, y más democracia que cuando nací.
Si hablamos de ciencia y tecnología, el precio por vatio de un panel solar es hoy 30 veces menor que entonces. El coste de almacenamiento en disco es más de un millón de veces menor. El coste de secuenciar un genoma humano, desde que se consiguió por primera vez en 2001, es hoy cientos de miles de veces más barato. Y si hablamos de avances en física, podríamos estar aquí hasta mañana (y me perdería mi cumpleaños), así que voy a mencionar solo algunos ejemplos que me vienen a la mente.
Para empezar, cuando nací no teníamos ninguna evidencia de planetas fuera del sistema solar. Hoy, sin embargo, hemos confirmado la existencia de más de 5000 exoplanetas y sabemos de otros miles de posibles candidatos.
Cuando nací, el bosón de Higgs era una partícula puramente teórica. Hoy no solo tenemos evidencia de esa partícula, sino también de muchas otras antes desconocidas.
Hace 36 años tampoco teníamos ninguna prueba de la existencia de las ondas gravitacionales. Hoy ya hemos observado directamente 90 fusiones de agujeros negros y de estrellas de neutrones. Y por supuesto, también tenemos fotos de algún que otro agujero negro supermasivo.
Por último, en 1986 ni siquiera sabíamos que la expansión del Universo se está acelerando. O sea, que la idea que teníamos del Universo, su pasado y su futuro, ha cambiado radicalmente desde entonces (si te interesa el destino final del Universo, tengo otro episodio hablando del tema).
Todo esto sin mencionar otros miles de avances científicos y humanitarios, así como obras de arte que cambiaron el mundo para siempre. Pero por desgracia no todos los cambios han sido para mejor.
¿Qué cosas han empeorado?
En 1986 estábamos a mitad de camino entre la concentración de CO2 en la atmósfera que tenemos hoy, y la que solía tener durante miles de años, antes de que comenzáramos a quemar combustibles fósiles. En total hemos emitido más de un billón de toneladas de CO2 desde que nací. Y en consecuencia, el planeta se ha calentado entre 0.5 y 0.8 grados Celsius.
A nivel medioambiental estamos peor que hace 36 años. Podríamos y deberíamos haber hecho mucho más por el planeta.
Los últimos 36 años también han venido cargados de guerras y masacres. No obstante, tanto en números absolutos como por habitante, el número de víctimas mortales en conflictos bélicos de estado ha sido menor que en el resto del siglo XX. Aún así no me parecía apropiado mencionar estas tragedias en la sección de cambios positivos. Especialmente habiendo contado durante los últimos 36 años algunos de los peores genocidios de la historia, como el de Ruanda y el de Darfur.
Pero, dejando a un lado las crisis medioambientales y humanitarias de los últimos 36 años, donde definitivamente hemos suspendido, es en el bienestar del resto de animales. Desde 1986 hasta hoy, el número de animales terrestres que mueren al año para producir carne se ha triplicado. De hecho el consumo de carne por persona hoy implica el doble de muertes animales que hace 36 años.
O sea que, a grandes rasgos, el mundo es un lugar mucho mejor que hace 36 años… si eres un ser humano. Para muchos otros animales el mundo se ha convertido en una terrible distopía.
Todo esto me lleva a una de las preguntas más importantes que podemos hacernos. La pregunta que me llevó a crear AltruFísica.
¿Qué podemos hacer para que el futuro sea lo mejor posible?
Esta pregunta tiene mucha chicha, así que tendremos que ir desgajándola en los próximos episodios. No obstante, permíteme desvelar una pequeña pieza del puzle.
Una de las cosas que podemos hacer cada uno de nosotros es invertir nuestro dinero en proyectos que mejoran el mundo de la forma más costo-efectiva. O sea, proyectos que salvan y mejoran el mayor número posible de vidas, dada tu aportación económica. Esto incluye también, por supuesto, proteger vidas de animales no humanos, y vidas en el futuro, por ejemplo invirtiendo en proyectos medioambientales, o reduciendo riesgos existenciales. En la descripción dejaré enlaces a algunas de esas organizaciones efectivas a las que puedes donar hoy mismo.
Y es que hoy no solo es mi cumpleaños, sino que también se celebra el día anual de las donaciones efectivas, “effective giving day”. Así que, en vez de hacerme un regalo de cumpleaños, te pido que hagas una donación efectiva. Para que dentro de 36 años podamos echar la vista atrás, y alegrarnos de ver cómo ha cambiado el mundo.
¿Qué otros eventos de 1986 debería haber mencionado? ¿Y de qué otras formas ha cambiado el mundo desde entonces? Si tienes alguna otra idea, o si te apuntas a hacer una donación, por favor, deja un comentario. Muchas gracias por acompañarme hasta aquí, y espero verte en el próximo episodio de AltruFísica.
Teresa Fuentes
noviembre 28, 2022 — 18:26
Buena idea, Pablo. Eso de volver la vista al pasado y recordar de donde venimos. Me he sonreído, porque tengo un hijo que se llama como tú y nació en 1984. Pues también era una criatura sonriente desde la cuna y sigue siendo muy optimista y alegre. Te felicito por tu cumple.
Pablo Rosado
noviembre 29, 2022 — 14:25
Gracias Teresa por las felicitaciones y compartir esos recuerdos, espero que vaya todo bien.