El cambio climático ya es una realidad. Nuestro objetivo no es evitar que ocurra, sino evitar que sea demasiado devastador. En este episodio hablaré de las 4 soluciones más efectivas con las que tú puedes luchar contra el cambio climático. Y también revelaré otras 4 que seguramente nunca te hayas planteado.

En el último episodio de AltruFísica expliqué brevemente en qué consiste el cambio climático, y cuáles son sus consecuencias. Si no lo has visto, te invito a echarle un ojo para entender la problemática que hay detrás. Pero hoy vamos a dejar de lado los problemas, para hablar de soluciones.

Y es que parece que en las redes sociales todo el mundo sabe cuál es la gran solución al problema: ¡Paneles solares! ¡Coches eléctricos! ¡Geoingeniería! ¡Decrecimiento! ¡¡Bolsitas reusables de algodón!!

Pero la verdadera solución al cambio climático… No existe.

No existe una solución al cambio climático, sino que existen muchas soluciones, y algunas son mucho más eficaces que otras. De hecho, algunas de esas soluciones las puedes poner en práctica tú mismo.

Pero antes de hablar de eso, vamos a ver qué podemos hacer a nivel mundial.

¿Qué podemos hacer a nivel global?

Muchos políticos prefieren no hacer nada contra el cambio climático, y se excusan diciendo que está en las manos de China y Estados Unidos. Y, efectivamente, en la actualidad esos dos países son los que más emisiones generan, 31% China y 13% Estados Unidos. En comparación, la gran mayoría de países, incluyendo España, contribuyen menos de un 2% insignificante.

Pero aquí viene el gran problema: Si sumas las emisiones de todos esos “2 porcientos insignificantes”, el resultado es un aterrador 36%. O sea, que por mucho que China y Estados Unidos se pongan las pilas, ese 36% seguirá dominando. Así que realmente necesitamos la colaboración de todos los países del mundo.

Hannah Ritchie – Sustainability by numbers (traducido al español).

Por suerte, ya tenemos parte de la tarea hecha, con El Acuerdo de París. No es perfecto, pero es mucho mejor tener ese acuerdo, con sus 195 países miembros, que no tener ninguno, o intentar llegar a otro nuevo. El objetivo del acuerdo es limitar el aumento de temperatura global a 2 grados, con respecto a temperaturas preindustriales, e idealmente a 1.5 grados. Es un acuerdo razonable. Ahora lo que hace falta es tomárselo en serio. ¿Cómo podemos conseguir esos objetivos?

Tenemos que descarbonizar nuestra energía, o sea, dejar de lado a nuestro antiguo amigo el carbón, así como al gas y al petróleo. En su lugar tenemos que invertir en energías menos contaminantes como la solar, eólica, hidráulica, geotérmica o nuclear.

También tenemos que ser más eficientes en áreas como la edificación, en procesos industriales, o en el transporte. Hay que promover el uso de vehículos eléctricos, el transporte público, o hacer que en las ciudades sea más fácil ir en bici o, simplemente, caminar.

Tenemos que incentivar a las distintas economías a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, por ejemplo por medio de impuestos sobre el carbono, o sistemas de comercio de derechos de emisión.

También tenemos que promover la alimentación basada en plantas y proteínas alternativas, que tienen un impacto medioambiental mucho menor que la carne y los lácteos. Y asimismo tenemos que adaptar nuestra agricultura, aumentando la productividad de los cultivos y mejorando la gestión del suelo. Además, hay que reducir la enorme cantidad de comida que se desperdicia.

Hay que proteger y restaurar los bosques y evitar la deforestación.

Tenemos que invertir en educación, investigación y desarrollo, lo que nos proporcionará tecnologías más eficientes y baratas para obtener y almacenar energía, así como reducir emisiones.

Por último, no solo tenemos que invertir en mitigar el cambio climático, sino que también tenemos que aprender a adaptarnos a él, para que el daño sea lo menor posible.

Y todas estas soluciones, y muchas otras que me dejo en el tintero, tienen que ocurrir mientras las economías más pobres del mundo siguen creciendo, aumentando su demanda de energía y comida. Porque en esta guerra contra el cambio climático estamos todos juntos.

Pero ya vale de dejarle toda la responsabilidad a nuestros políticos y a la tecnología. Es hora de enfocarnos en lo que puedes hacer tú individualmente.

¿Qué puedes hacer tú?

Desde que era pequeño siempre me han dicho que tengo que reciclar, apagar las luces cuando salgo de una habitación, desenchufar los aparatos que no uso, consumir menos plásticos… Y en la cabeza de mucha gente, esta sigue siendo la forma de “ayudar al medioambiente”. ¿Pero son realmente eficientes estas acciones?

Pues la verdad es que no mucho. Tampoco es que sean malas, pero si nuestro objetivo es reducir emisiones, tenemos que afinar un poco más. Hay muchas acciones individuales que podría mencionar, pero por simplificar, voy a citar 4 de las más importantes:

  1. Reducir el consumo de carne y lácteos. Obtener los nutrientes directamente de las plantas es mucho más eficiente que cultivar comida para alimentar a animales, mantener a esos animales hasta que crezcan lo suficiente, y luego matarlos y procesarlos para alimentarnos a nosotros. Esto es así independientemente de si consumes carne local, o “carne sostenible”. Además, por supuesto, al adoptar una dieta basada total o mayoritariamente en plantas, evitas que muchos animales vivan una existencia horrible y una muerte dolorosa. Y por suerte cada vez hay más productos en el mercado que emulan los productos animales a los que estamos acostumbrados, pero hechos a base de plantas, con una huella de carbono mucho menor.
  2. Volar menos. La aviación contribuye en un 3.5% al calentamiento global. Puede parecer poco, pero también es cierto que la mayor parte del mundo no suele viajar. De hecho, la mitad más rica del mundo es responsable del 90% de las emisiones en aviación. Con lo que, aunque a nivel global no sea hoy una contribución grande, a nivel individual sí que lo es. Hay que tener en cuenta que falta mucho hasta que tengamos aviones alimentados con energía renovable. Así que, conforme otras emisiones empiecen a decrecer en los próximos años, la aviación seguirá creciendo, y ese 3.5% se hará mucho mayor. Con que, si puedes viajar en tren, estarás contaminando mucho menos que en avión.
  3. Coger menos el coche. Si puedes moverte en transporte público o en bici, o a pie, mejor. Si puedes teletrabajar, pues mejor aún. Y si no tienes más remedio que viajar en coche, considera comprar un coche eléctrico o híbrido. Que sí, a día de hoy suelen ser más caros que los convencionales, pero igual que pasa con los paneles solares, el precio de los coches eléctricos es muy probable que vaya a bajar rápidamente en los próximos años.
  4. Adaptar tu casa. Puedes empezar por contratar tu electricidad con una compañía de energía renovable. En la práctica, tu impacto está limitado por la cantidad de energía renovable disponible en la red eléctrica de tu país. Pero si tienes la opción, instalar placas solares es definitivamente una buena forma de reducir tus emisiones. Y en la cocina puedes usar placas de inducción y microondas en vez de hornos y fogones de gas, o reemplazar electrodomésticos viejos por otros más eficientes.

Si estas opciones no te parecen suficientes, puedes ver este vídeo de Quantum Fracture en que explica 26 formas individuales de luchar contra el cambio climático.

Pero ahora te voy a dar 4 soluciones más que también están en tus manos, y de las que no se suele hablar.

Otras soluciones de las que no se habla

El impacto de estas otras soluciones es mucho más difícil de medir, pero, potencialmente, puede ser mucho mayor.

  1. Donar dinero a obras efectivas. Si te lo planteas, la cantidad de emisiones que podemos reducir al año con acciones individuales como las anteriores, tiene un límite. Ese límite es la cantidad de emisiones que emitiríamos si no cambiáramos nada. Por ejemplo, en España, una persona típica produce al año unas 7 toneladas de dióxido de carbono equivalente. Pues eso es lo máximo que una persona típica puede reducir su huella de carbono. En cambio, donando dinero a obras efectivas que trabajan, por ejemplo, en mejorar las leyes climáticas, la reducción de emisiones puede ser mucho mayor.
  2. Adaptar tu carrera para maximizar tu impacto. Si eres joven y estás decidiendo a qué dedicarte, plantéate emplear esas 80000 horas que dedicarás a lo largo de tu vida a tu carrera en un tema con potencial impacto. Y si ya tienes una edad, como yo, y una carrera establecida, aún así puedes tener un impacto dentro de tu lugar de trabajo, por ejemplo informando a tus colegas y redirigiendo las decisiones de la compañía, para que sean mejores para el medio ambiente.
  3. Contactar con líderes políticos directamente, a través de cartas, emails, o por redes sociales. No estoy hablando de molestar o hacer escraches, sino de contactar educadamente con nuestros gobernantes, y pedirles que tengan en cuenta la ciencia del cambio climático a la hora de tomar decisiones.
  4. Votar. Parece una tontería que meter un papelito en una urna de higo a breva pueda ser tan importante. Sin embargo, en ciertas ocasiones tu voto es capaz de cambiar significativamente el rumbo de unas elecciones, lo cual tiene un impacto enorme. Pero como no se puede predecir cuándo tu voto será más útil, lo mejor es siempre ir a votar. Es una acción sencilla, potencialmente de gran impacto… y es gratis. Y por supuesto, vota a partidos que se toman en serio el cambio climático, que apoyan el Acuerdo de París, y se preocupan por el futuro de tu país y del mundo. En definitiva, vota a partidos que hacen caso a la ciencia.

Conclusiones

El cambio climático es un problema que requiere soluciones a gran escala: Necesitamos buenas políticas, capaces de llegar a acuerdos y tomar medidas, y también a nivel individual podemos y debemos ponernos manos a la obra.

Tenemos el poder, la necesidad, y la responsabilidad, de hacer de este mundo un lugar mejor.

¿Qué opinas de las soluciones que te he propuesto? ¿Qué otras soluciones importantes debería haber mencionado? Si quieres puedes dejar un comentario.

En un episodio futuro desmentiremos algunos bulos relacionados con el cambio climático. Así que si te interesa aprender más sobre el tema, no olvides suscribirte y darle a la campanita.

Como siempre, muchas gracias por tu tiempo y espero verte en el próximo episodio de AltruFísica.