Si ya conoces la ciencia del cambio climático, en este vídeo no te voy a contar nada que no hayas escuchado ya mil veces. Y si eres negacionista, no te voy a contar nada que no hayas ignorado ya mil veces. Este vídeo está dedicado a todas esas personas que están entre medio. ¿Qué es el cambio climático? ¿Debería preocuparnos? ¿Y puede acabar con toda la humanidad?
Este es el segundo episodio de AltruFísica dedicado a los llamados riesgos existenciales. O sea, aquellos peligros capaces de acabar con la humanidad, o de hacer imposible un mundo en el que merezca la pena vivir. Ejemplos de estos riesgos son las pandemias, las guerras nucleares, y… ¿El cambio climático?
Antes de sacar conclusiones, vamos a intentar entender en qué consiste el cambio climático. Y al final del episodio aclararemos si realmente es un riesgo del que deberíamos preocuparnos.
Cambio climático natural
El clima en la Tierra está en constante cambio, y hay muchos factores involucrados. Por ejemplo, la órbita de la Tierra alrededor del Sol varía en períodos de miles de años, el eje de rotación de la Tierra cambia su dirección de forma periódica, e incluso la energía que emite el Sol también oscila.
Todos estos fenómenos astronómicos provocan grandes cambios en el clima de la Tierra, como las glaciaciones, y también hay otros fenómenos naturales, como las erupciones volcánicas, que pueden tanto calentar como enfriar el planeta.
¿Pero son este tipo de cambios aquellos a los que se refieren en las noticias cuando hablan del cambio climático?
No, esos cambios astronómicos ocurren en períodos de decenas de miles de años. Y erupciones volcánicas ha habido durante millones de años. Por otro lado, el cambio climático del que se habla tanto hoy en día es un fenómeno que comenzó hace relativamente poco, en algún momento del siglo XIX.
Hablemos ahora del cambio climático antropogénico, o sea, el causado por la acción del ser humano.
Cambio climático antropogénico
Quemar carbón es una forma sencilla de obtener energía. De hecho, ya llevamos quemando carbón más de 3000 años. Pero no fue hasta finales del siglo XVIII cuando Gran Bretaña empezó a descubrir los enormes beneficios del carbón, que llevó al inicio de la Revolución Industrial. Y una gran parte del desarrollo global económico y tecnológico del que disfrutamos en la actualidad, se la debemos a nuestro amigo el carbón. Pero esa amistad resultó ser traicionera.
La quema de carbón, así como la de otros combustibles, libera gases de efecto invernadero. O sea, gases que, al concentrarse en la atmósfera, permiten que la radiación solar llegue a la superficie terrestre, pero dificultan la salida de parte de ese calor de vuelta al espacio, creando un efecto similar al de un invernadero.
De hecho podemos ver cómo la temperatura media de la Tierra ha estado creciendo poco a poco en los últimos cien años.
Y la concentración en la atmósfera de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), el metano o el óxido nitroso, han ido también creciendo.
Pero claro, simplemente viendo estas dos curvas no podemos concluir que una sea consecuencia de la otra. Podría ser pura casualidad. Sin embargo, estas y muchas otras mediciones, junto con décadas de investigación, han llevado a miles de científicos de todo el mundo a un consenso inequívoco: Esta correlación no es casual, sino causal.
O sea, la quema de los llamados combustibles fósiles como el carbón, el gas natural o el petróleo, así como otros procesos industriales y agrícolas, producen gases de efecto invernadero. Y estos gases causan, entre otros efectos, el aumento de la temperatura media de la Tierra.
Si no estás convencido, tienes 2400 páginas mostrando resultados de miles de expertos sobre la base física del cambio climático, según uno de los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (o IPCC, por sus siglas en inglés), que es la fuente más citada, completa y fiable sobre el tema.
Pero si andas con poco tiempo, puedes echar un ojo a este resumen de 32 páginas. En concreto, hay un gráfico que me parece muy ilustrativo, donde se compara el aumento de temperatura predicho por dos simulaciones: Una en la que no hubiera humanos (pero sí cambio climático natural provocado por fenómenos como el sol y los volcanes), y otra simulación incluyendo a los humanos. Y resulta que el aumento de temperatura que observamos en la realidad se ajusta bastante bien al segundo caso.
En otras palabras: Todo apunta a que el ser humano es el principal causante del cambio climático.
Aún así, uno podría pensar que la Tierra es enorme y ha existido durante miles de millones de años, así que unas cuantas décadas de industria no pueden haber tenido un impacto tan grande. A fin de cuentas, como dije antes, los volcanes llevan millones de años emitiendo un montón de CO2. ¿Es nuestra contribución realmente tan importante?
Pues sorprendentemente sí. Se ha podido estimar la concentración de CO2 en la atmósfera desde hace cientos de miles de años. Y se pueden ver que durante milenios ha habido oscilaciones alrededor de un cierto valor medio. Sin embargo, en los últimos cien años, la concentración de CO2 en la atmósfera se ha disparado a casi al doble de ese valor, y no tiene pinta de parar.
Hay muchos otros datos que puedes consultar relacionados con el cambio climático. Pero ahora vamos a hablar de lo que realmente nos atañe. ¿Son tan importantes unos graditos de más?
¿Deberíamos preocuparnos de unos pocos grados de más?
Cada vez que se habla del cambio climático, se menciona un aumento de 1 o 2 grados Celsius. Este número se refiere a la temperatura media de la superficie de la Tierra con respecto a la temperatura media pre-industrial, o sea, de la segunda mitad del siglo XIX.
Pero yo me crié en el sur de España, y sé que entre que hagan 40 o 42 grados tampoco hay mucha diferencia: te vas a asar igualmente. Así que unos pocos graditos de más no me deberían asustar. ¿Verdad?
¡Ojo! Esos 1 o 2 grados son una media global. No es que vaya a subir la temperatura de cada región en 1 o 2 grados. Habrá zonas que no se verán afectadas, zonas en que la temperatura incluso bajará, y otras en que la temperatura aumentará mucho más. De hecho, el 70% de la superficie del planeta es océano, que suele tener una temperatura bastante estable. En cambio, sobre tierra firme los cambios son mucho más extremos. En concreto, en el hemisferio norte, donde hay una proporción de tierra mayor, la temperatura ha aumentado ya alrededor de 1.4 grados.
Dicho esto, y aunque parezca mentira, un aumento de temperatura de tan solo 1 o 2 grados sí que tiene un impacto enorme en la naturaleza.
¿Cómo afecta el cambio climático a la naturaleza?
La vida en la Tierra es el resultado de miles de millones de años de evolución. La naturaleza es un sistema muy complejo, adaptado a unas ciertas condiciones medioambientales. Incluso cambios pequeños de temperatura pueden alterar enormemente ecosistemas enteros. Unos grados de más pueden cambiar los patrones de migración, la distribución y la diversidad de especies. Perturbar el balance ecológico conlleva cambios irreversibles, como la pérdida de hábitats o la extinción de especies.
Y ahí no acaba la cosa: De todo ese exceso de CO2 emitido por los seres humanos, más del 25% es absorbido por los océanos. Esto provoca que se hagan más ácidos, lo que afecta a la vida y la biodiversidad marina. Para colmo, al aumentar la temperatura del océano, este aumenta su volumen, y además se derrite hielo de zonas como la Antártida y Groenlandia, haciendo que suba el nivel del mar.
A nivel personal, una de las experiencias más inolvidables de mi vida fue visitar la Gran Barrera de Coral australiana, una maravilla del mundo natural y de gran interés científico. Lamentablemente, a día de hoy, más de la mitad de ese coral ya ha desaparecido. Y se estima que una subida de 1.5 grados puede acabar con todo el resto de corales sobre la Tierra.
Pero al hablar de 1, 1.5 o 2 grados, puede parecer que ocurra algo especial al llegar a esas cifras. En realidad, son números totalmente arbitrarios. Un aumento de 2 grados es peor que un aumento de 1.9 grados, y muchísimo peor que un aumento de 1.5 grados. Así que cada décima adicional significa un mundo peor, y un reto más complicado de resolver para la humanidad.
Pues por desgracia, con las políticas globales actuales, no estamos encaminados a un aumento de 1 o 2, sino de 3 grados. ¿Qué va a pasar entonces con la humanidad?
¿Cómo afecta el cambio climático a la humanidad?
En el futuro cercano habrá zonas donde la humanidad, simplemente, no podrá vivir. No solo hablo de que haga mucho calor. Eventos extremos como sequías, lluvias torrenciales, olas de calor o incendios serán cada vez más intensos y más frecuentes.
Por poner un par de ejemplos recientes, este año 2023, los incendios de Canadá han empezado antes de lo normal, y han quemado una superficie mayor que cualquier otro año registrado. Y esto ya es así incluso habiendo visto solo la mitad del año.
Pero sin ir más lejos, este mismo mes hemos presenciado unas inundaciones históricas en Zaragoza. Por desgracia, este tipo de “récords” van a ser cada vez más comunes.
Y eso no es todo. Al aumentar la frecuencia de eventos extremos, crece la probabilidad de que haya dos o más eventos extremos ocurriendo en el mismo sitio y al mismo tiempo, haciendo que sea más difícil afrontarlos y recuperarnos. Por ejemplo, una sequía a la vez que una ola de calor, o una hambruna a la vez que una pandemia.
Hablando de pandemias, algunas enfermedades se harán más comunes y se extenderán a nuevas zonas del mundo. Por ejemplo, los mosquitos que transmiten el dengue o la malaria podrán sobrevivir en nuevas latitudes. Y muchos países no estarán preparados para enfrentarse a enfermedades nunca vistas.
El aumento de temperatura, las sequías y las lluvias torrenciales, por supuesto, también afectarán a la agricultura. Tanto es así que en algunas regiones ni será posible producir comida, ni habrá seres humanos capaces de soportar las condiciones de trabajar en el campo. Y sin agua y sin comida, la única opción es emigrar.
A estas personas emigrando hay que añadir aquellas que escaparán de las zonas costeras en riesgo de ser inundadas. (En la descripción dejaré un enlace a un mapa interactivo en que puedes ver una estimación de cómo aumentará el nivel del mar año tras año).
Así que tendremos decenas de millones de migrantes climáticos. Y es posible que tú y yo estemos entre ellos. Y estas olas migratorias conllevarán una mayor competición por recursos, inestabilidad política, y guerras.
Todo esto tendrá un impacto negativo enorme e irreversible en la economía mundial, y su correspondiente coste en vidas humanas y de muchos otros animales.
Para colmo (y para demostrar que el karma no existe) quienes más sufrirán las consecuencias del cambio climático serán los países más pobres, que son los que menos han contribuido al problema.
En general, el mundo se puede convertir en un lugar mucho peor para vivir. Y no hablo de un futuro lejano. Todos estos problemas, y muchos otros que no he mencionado, han comenzado a manifestarse ya, y pueden ser el pan de cada día en 2050. O sea, es el mundo que heredarán los niños de hoy.
Pero, por muy distópico que te parezca lo que te he contado, esto es solo la punta del iceberg.
¿Puede el cambio climático acabar con toda la humanidad?
Hasta ahora he mencionado lo que podría pasar si la temperatura aumenta unos pocos grados. ¿Pero qué pasa si sigue aumentando aún más?
Una terrible posibilidad es que se alcancen los llamados puntos de inflexión. O sea, que al subir por encima de una cierta temperatura, se desate un fenómeno que haga que suba más la temperatura, agravando ese fenómeno, y así sucesivamente, en un círculo vicioso.
Un ejemplo de esos puntos de inflexión es el derretimiento del permafrost del Ártico. El permafrost es una capa congelada del suelo que, al subir la temperatura, se derrite, y produce gases de efecto invernadero, provocando así que aumente más aún la temperatura.
Sabemos de varios de estos puntos de inflexión. Y en el peor de los casos podrían llevar a un aumento de temperatura por encima de los 13 grados, lo que sería una catástrofe humanitaria sin precedentes. Pero por suerte, según las predicciones del IPCC, un cambio climático tan extremo, capaz de causar directamente la extinción de la humanidad, es poco probable.
Aún así, como mencioné antes, una subida de temperatura de tan solo 1 o 2 grados aumenta el riesgo de pandemias, conflictos bélicos entre grandes potencias, o incluso guerras nucleares, que, como mencioné en otro episodio de AltruFísica, sí que son riesgos existenciales.
De modo que el cambio climático, aunque sea indirectamente, puede acabar con toda la humanidad.
Conclusiones
Si has llegado a este punto, muchas gracias por tu tiempo. Es posible que no te hayas creído nada de lo que te he contado sobre el cambio climático. Y por el contrario también puede que sientas una profunda sensación de desesperación y pienses que estamos condenados.
En ambos casos, espero que cambies de opinión lo antes posible. Ya que al final, tanto el negacionismo como el pesimismo conducen al mismo resultado: No hacer nada. Y eso es justo lo que tenemos que evitar.
El cambio climático es real y aterrador, pero no estamos condenados, y tenemos mucho que hacer. Pero sobre soluciones hablaré mañana mismo, en el próximo episodio. En él explicaré las acciones individuales más efectivas para luchar contra el cambio climático. Así que te invito a suscribirte y darle a la campanita para que no te lo pierdas. Y espero verte mañana, en el próximo episodio de AltruFísica…
…Y también espero verte el domingo en las urnas.
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